Por: Rafael Escobar, Channel Manager IoT/M2M de Alai Secure
El sector del transporte y la logística ya sea de pasajeros o mercancías se ha convertido, sin duda alguna, en la vertical del ecosistema del Internet de las cosas con la mayor demanda de conectividad y servicios M2M. Los empresarios, conscientes del potencial que supone conectar sus vehículos, invierten en innovación y tecnología para dotar a sus vehículos de nuevas funcionalidades que les permitan optimizar la gestión y el control de sus flotas. El abanico de nuevos servicios y funcionalidades ideados y diseñados para mejorar la eficacia en la gestión de flotas es enorme: sensorización y telemetría vehicular, geolocalización y control de rutas, control de tiempos de trabajo y hábitos de conducción, sistemas de prevención, etc.
El otro gran capítulo que más preocupa a los empresarios del sector es el de la seguridad. Garantizar la seguridad de las personas —conductores y pasajeros—, de la mercancía y de los vehículos es uno de los ‘dolores’ principales a los que debe hacer frente el sector ante el elevado número de robos y actos delictivos que se suceden diariamente a lo largo y ancho de la red de carreteras del país. Sistemas de videovigilancia conectados, monitoreo y trazabilidad de la carga, control remoto del vehículo —posibilidad de parar el motor si detectamos que ha sido robado—, botón de pánico… son sólo algunos ejemplos de tecnología de seguridad aplicada al sector del transporte. En ambos casos para que todo esto sea posible la conectividad es una pieza clave.
A diferencia de otros servicios IoT como pueden ser las alarmas conectadas, los ascensores, el vending o las utilities —luz, gas y agua—, los servicios en movilidad presentan una complicación adicional. Es posible que en nuestra ruta haya muchas zonas de ‘sombra’ donde la cobertura sea mínima o ninguna, y perdamos conectividad y, por lo tanto, estas funcionalidades de las que hablamos queden inoperativas. La solución a este problema, aunque pueda parecerlo, no es sencilla.
Las redes móviles, autopistas de información aérea
Los operadores de red móvil diseñan minuciosamente el despliegue de sus redes de radio con el objetivo de cubrir el mayor territorio factible con la mejor cobertura posible y, a la vez, optimizar eficazmente sus inversiones. Si tomamos al azar un tramo de carretera, en cualquier zona del país, y hacemos un test de cobertura podemos encontrarnos con zonas de muy buena, y otras con una señal intermedia, muy mala o nula. La orografía y la disposición de las antenas hacen que no siempre se pueda garantizar un nivel de cobertura constante en todo el recorrido. El diseño de las redes de radio es mucho más complejo de lo que pudiera parecer.
En muchas ocasiones los operadores comparten emplazamientos para ahorrar costes y en estos casos podemos encontrarnos con antenas en las que operan a la vez varios operadores, con tecnologías diferentes —2G, 3G, 4G y 5G— y con bandas diferentes —con alcances y niveles de señal diferentes—.
El uso de simcards multi-operador y multi-cobertura es la solución perfecta para ofrecer servicios en movilidad. Es muy importante que la tarjeta SIM que escojamos esté diseñada para operar con una red móvil principal y otra red alternativa de apoyo o backup. Esta aproximación de disponer de una red principal y una de backup es un interesante compromiso para poder estar la mayor parte de la ruta en una red estable y conmutar sólo cuando sea estrictamente necesario, sin olvidar que nuestra guía será siempre la red principal.
Reducir el número de redes posible tiene importantes ventajas para el hardware, así como para el proceso de registro en la red/redes de backup.
Saltar constantemente entre redes no es algo que al hardware le guste especialmente. Así pues, la elección de la red principal y la de backup han de hacerse a conciencia. Esta operación no es inmediata y es crucial que logremos que sea un proceso ágil para que las funcionalidades que hemos diseñado estén operativas todo el tiempo. Es aquí donde el dispositivo juega un papel crítico.
El dispositivo, clave en los servicios en movilidad
El dispositivo GPS siempre ha jugado un papel más qué discreto en los servicios en movilidad, sin embargo, a medida que profundizamos en el conocimiento de las redes móviles y la gestión de la cobertura el papel del dispositivo cobra un papel determinante. Muchas veces para contener gastos y minimizar nuestra inversión optamos por adquirir dispositivos, generalmente importados y a precios muy económicos, sin valorar su capacidad, sus prestaciones y su versatilidad.
El dispositivo cumple una función clave y debemos tenerlo muy presente a la hora de diseñar un servicio en movilidad. No existe una red móvil óptima en todo su recorrido por lo que, aparte de contar con una conectividad multi-cobertura, necesitamos disponer de un dispositivo que pueda adaptarse a la red móvil y a los distintos niveles de cobertura con los que nos podamos encontrar en un mismo tramo, en el menor tiempo posible. Muchas veces cuando nuestros clientes nos reportan una incidencia, tras revisar que la señal de red es correcta y no hay ninguna incidencia en la red móvil, nos encontramos con dispositivos que no son capaces de hacer una búsqueda efectiva de la señal o simplemente no están bien calibrados o no tienen capacidad para hacer fallback en un sentido u otro, o bien, en casos más extremos, no tiene capacidad multibanda o, simplemente, no tienen instalado el último firmware disponible.
Debemos ser conscientes de que ofrecer servicios en movilidad, con garantías, no es solamente un problema de la red móvil o de la conectividad de la tarjeta SIM. Es muy importante tener un conocimiento profundo de cómo se comporta la red a lo largo y ancho del país, pero no debemos olvidar nunca el papel clave que juegan los dispositivos GPS. En Alai tenemos claro que nuestra red tiene que ser capaz de albergar el mayor número de dispositivos posibles de fabricantes diferentes, porque así nos lo demandan nuestros clientes, pero también debemos ser honestos y trasladarles el papel decisivo que juegan estos y la necesidad de invertir en este eslabón de la cadena de valor.