Las transacciones de comercio electrónico han tenido un gran crecimiento en los últimos dos años en el país. De acuerdo con la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), en el primer trimestre de 2021 el total de ventas en línea fue de aproximadamente $8.56 billones, lo que representa un incremento del 44.3% respecto al mismo periodo del año pasado.
Asimismo, con la llegada de las jornadas de los días sin IVA al país. El canal digital se ha convertido en una herramienta esencial para los comercios que buscan dinamizar la economía nacional luego de la crisis económica ocasionada por la pandemia.
Sin embargo, este paso de la presencialidad al mundo online, además de modificar el comportamiento de los mercados y de los consumidores, también ha intensificado los riesgos cibernéticos, legales y de lavado de activos, a los cuales están expuestas -sin saberlo- las personas en su día a día.
Justamente, en el marco del Día Nacional de la Prevención del Lavado de Activos, la campaña Zona Libre de Delito promovida por la pasarela de pago Kushki, una de las más importantes en Colombia, fue reconocida en las categorías de Campaña Digital, Innovación y Redes Sociales del concurso organizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Este certamen tiene como objetivo exaltar nuevas propuestas para mitigar los riesgos emergentes y las nuevas amenazas en torno al lavado de activos.
“Con Zona Libre de Delito, buscamos no solo ayudar a combatir delitos como el lavado de activos en el ecosistema de pagos sino también informar a nuestras contrapartes y a la comunidad en general sobre las medidas de mitigación y prevención de riesgos emergentes en el presente digital”, afirmó Liliana Stella Carvajal, Compliance Officer de Kushki.
Pero, ¿cuáles son esas acciones que realiza la gente en su cotidianidad digital, que pueden llegar a ser un delito? A continuación le mostramos las tres principales:
Prestar el documento de identidad
Al prestar este documento personal e intransferible para alguna transacción en la web, las personas pueden ser víctimas de suplantación de identidad. Este delito, según datos de la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL (DIJIN), fue reportado 1.527 veces en 2020, mientras que en 2019 sólo hubo alrededor de 300 casos. Así mismo, quienes faciliten su cédula de ciudadanía o algún otro documento a un externo, pueden verse implicados en delitos de testaferrato (exponiéndose a penas que implican entre 96 a 270 meses de cárcel) ó contrabando.
Desconocer de dónde proviene el dinero cuando se hace una compra
Especialmente, los emprendedores y las grandes empresas pueden involucrarse sin saberlo en lavado de activos o financiación del terrorismo al desconocer los mecanismos, herramientas y prácticas que les permitan evitar ser usadas para este fin. Según la Unidad de Información y Análisis Financiero, la misión del “lavador” es dar apariencia de legalidad a los bienes y dineros provenientes de delitos. Por ejemplo, Kushki cuenta con un proceso de Due Diligence para los comercios que cuentan con giros riesgosos en el que se busca identificar que las actividades que realizan no representan un riesgo de lavado de activos.
Recibir remesas a nombre de otra persona o de un desconocido
Al hacer el favor de recibir remesas y desconocer a la persona que realiza el envío, las personas podrían verse involucradas, al igual que el punto anterior, en lavado de activos, delito que está penalizado en Colombia con hasta 30 años de cárcel.
Cabe destacar que, la suplantación de identidad, corrupción, extorsión, trata de blancas, tráfico de armas y narcotráfico, entre otros, son algunos de los delitos en los que también pueden incurrir, de forma aparentemente inofensiva, la ciudadanía en general al momento de hacer transacciones en la web. “En Kushki tenemos un fuerte compromiso colectivo para enfrentar este tema, por eso día a día nos fortalecemos con herramientas de monitoreo para prevenir estos delitos» aseguró Carvajal.
A través de la cultura de prevención no sólo se advierte de estos riesgos a las personas que utilizan las pasarelas de pago, sino que las compañías pueden fortalecer sus buenas prácticas para prevenir riesgos reputacionales y/o legales que afectan su imagen. De esta forma, se contribuye al crecimiento de la economía legal, protegiendo y velando el ecosistema de pagos.